jueves, 28 de enero de 2016

Trasnoche.



Trasnochamos por muchas cosas,
porque algunos preferimos un millón de estrellas pequeñas, que solamente una enorme.
Porque podemos ver lo que pocos pueden, la oscuridad, y entre sus sombras encontramos inspiración.
Mientras vosotros os refugiáis en sueños, nosotros, despiertos, hacemos de los sueños una noche.
Por el silencio que trae la noche, que nos deja escucharnos a nosotros mismos, nos deja escuchar el mundo vacío.
Porque la noche es fresca, como su aliento, como aquel beso.
Porque no vamos al psiquiatra, vamos a la Luna.
Porque es el único momento en el que podemos ver el espacio, pero siempre con los pies sobre la tierra.
Es sentir que somos los únicos en todo el universo, nosotros solos.
Porque la noche esta diseñada para que mientras muchos descansan, unos pocos vivamos.
Por la brisa.
Porque, como búhos, podemos darle a todo tantas vueltas a la cabeza que nos gire trescientos sesenta grados.
Por las bestias, que necesitan compañía.
Porque las lágrimas nocturnas son de agua dulce del Nilo, no salada.
Por la música, que a partir de las doce cobra un sentido diferente.
Porque en la noche, no podemos proyectar sombras.
Porque sabemos, que la oscuridad, es el resultado de un largo periodo de luz.
Porque el tiempo se para de noche.
Por tantas razones trasnochamos...
Trasnochamos, porque sabemos vivir el día a día, pero también la noche a noche.
Y por que no nos preocupan los días de vida, sino las noches de ella.
 ☾

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